Anfitrión de PLAUTO
No se sabe mucho de la vida de Plauto, incluso se tienen dudas sobre su nombre, ya que Plautus (pies planos) podría ser un sobrenombre relacionado con su profesión teatral.
Plauto se dedicó enteramente al teatro como autor, actor y director de compañía. Desde luego, lo que sí sabemos es con su nombre circularon numerosas obras donde destacan Anfitrión, Asinaria (la comedia de los asnos) Aulularia (la comedia de la olla) y muchas otras más.
Escribió para un público variado donde predominan los temas populares y existe una comicidad explícita y violenta. Tomó rasgos del antiguo teatro popular latino (a veces osco o estrusco) que mezcló con una hilaridad sorprendente donde la comicidad era confiada a digresiones graciosas, chistes y diálogos ingeniosos.
Anfitrión. Argumento
Júpiter, enamorado de Alcmela adopta la forma de su esposo, Anfitrión, que está en la guerra. Mientras está en el lecho con ella el verdadero Anfitrión llega con su esclavo, Sosia, que se adelanta a la casa donde está Mercurio como guardián, que hace dudar a Sosia de su propia identidad.
Anfitrión descubre así que está siendo engañado por Alcmela y la acusa de infidelidad. Viendo el peligro que ella corre, Júpiter la ayuda deteniendo a Anfitrión con un rayo. Alcmela se queda embarazada y da a luz dos gemelos. Luego Júpiter explicará su engaño a Anfitrión, que se somete a su voluntad. Este tema ha sido reelaborado numerosas veces en la posteridad por Molière, Dryden o Giraudoux, entre otros.
Estilo
El verdadero genio de Plauto reside en su gran riqueza lingüística, ya que aporta en sus obras desde léxico del latín arcaico hasta neologismos del griego llegando a verdaderas deformaciones que hoy en día podríamos calificar de «surrealistas». Plauto no es un cómico vulgar que se dirige a la plebe, sino un literato culto que recoge y readapta todo un vocabulario con una exquisita destreza utilizando todas las posibilidades musicales que ofrece el latín.
Además, demostró una gran riqueza métrica llegando a extraer el ritmo de los metros griegos para adaptarlo al latín.
Reconocimiento
Este autor a lo largo de la historia ha sido valorado de manera muy diferente. Su popularidad comenzó a decaer en época augustea y en el siglo II d.C. ésta revivió sólo en los eruditos.