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Seguimos con el repaso de las obras que estamos trabajando en el taller de teatro:

En estos días tan absurdos, en los que un asesinato ya no es noticia, en los que a las sonrisas les han subido el IVA, en los que a las mentiras les ponen lazos de colores, en los que el sexo y la lujuria están de segundas rebajas, en los que plastificamos el amor los sábados por la noche, en los que las prisas se cruzan como cuchillos, en los que hay huelga de besos, en los que un «te quiero» ya no merece bañeras de sueños, en los que se abren fábricas de pesadillas, en los que los sueños se ahogan en dunas de arena, en los que se olvidan en bolsillos pesetas, en los que los basureros esconden recuerdos… todo el mundo nos hemos olvidado de preguntarle a Godot, ¿por qué tarda tanto?

Samuel Beckett, uno de nuestros escritores contemporáneos mas fantásticos, consiguió, en 1969, por su obra «Esperando a Godot» el Premio Nobel de Literatura.
Beckett fue uno de los precursores de lo que ahora llamamos teatro del absurdo – como él mismo dijo «teatro del absurdo, que absurdo!»

Beckett nos dio un portazo en las narices, colocando como protagonistas de esta excitante obra a dos mendigos entrañables, Vladimiro (Didí) y Estragón (Gogó), esperando a alguien que no conocemos, de quien no sabemos NADA. Esperando a Godot.
Didí y Gogó, resultan ser el vivo ejemplo de cualquiera de nosotros; de cualquiera de los que pensamos que no tenemos demasiado talento para la felicidad.
Estos dos prisioneros del tiempo, entienden que la vida significa esperar, matando el tiempo con conversaciones sin principio ni final y aferrándose a la esperanza de que la liberación puede estar a la vuelta de la esquina.
¿Pero porque aún ahora, después de que hayan pasado tardes y tardes desde la última palabra que Beckett dedicó a su obra, aún nadie ha preguntado que le pasa a Godot?!
¿Deseamos realmente la liberación? ¿o nos hemos vuelto tan conformistas que hasta protestamos por rutina?

Es posible… que Godot sea un gran hombre de negocios! o un padre con mil y una obligaciones! Aunque también podría ser que Godot fuera uno de los trabajadores de una mina, o un mendigo que se dedica a guiar a nuevos mendigos a un buen refugio.
Quizá Godot es una de esas personas que siempre se nos ha dicho que existen. Que adoramos. Que viven en todas las culturas de una forma u otra.

En algunos lugares se dice que es uno, en otros se dice que muchos. Pero que nunca le hemos visto y a pesar de todo creemos en él / ellos, porque según todo el mundo ha dado al mundo lo mejor que tiene.

Texto de la obra
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One Reply to “Esperando a Godot- Samuel Beckett

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