Un sainete es una pieza dramática jocosa, en un acto, y normalmente, de carácter popular, que se representaba como intermedio de una función o al final. Sustituye al entremés en el siglo XVIII, XIX y XX.
Entre los principales cultivadores de este subgénero cómico en el siglo XVIII se encuentran los gaditanos Luís Moncín y Juan Ignacio González del Castillo, y los madrileños Ramón de la Cruz y Sebastián Vázquez. A finales del siglo XIX fue materia frecuente del llamado género chico y del teatro por horas, con autores especializados como Tomás Luceño y Javier de Burgos, y revitalizaron el género en el siglo XX Carlos Arniches su colección de sainetes Del Madrid castizo y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Posteriormente en el Río de la Plata, Armando introducirá un giro sombrío y dramático en este género transformándolo en el «Grotesco Criollo»..
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